A cualquiera que no esté puesto en antecedentes la palabra ufología le suena extraña y 
                desconocida. Como prueba podemos intentar que un niño nos diga que quiere decir esta palabra, le 
                resultará imposible porque no tiene su origen en nuestro idioma. Proviene del vocablo ingles 
                ufology, que a su vez se basa en la palabra UFO, siglas pertenecientes a 
                Unidentified Flying Object. Traducido a nuestro idioma significa objeto volante no 
                identificado, lo que nosotros conocemos como ovni. Así pues la
                ufología trata del estudio de los
                ovnis, 
                no se puede afirmar que sea una ciencia pese a que es el análisis etimológico de la palabra aparece 
                el término logos, tratado, común a ciencias como la Biología, Geología, etc. Pero esto, por sí 
                mismo, no le confiere este carácter de disciplina científica a consideración de la mayoría. A pesar 
                de ello auténticos estudiosos y expertos de todo el mundo se dedican a investigar el fenómeno ovni, 
                con trabajos rigurosos y que exigen una ardua investigación tanto de archivo como sobre el terreno 
                (trabajo de campo).
                La ufología surge, técnicamente hablando, a finales de la Segunda Guerra 
                Mundial, cuando en 1947 se produjeron muchos avistamientos de objetos no identificados en el 
                firmamento de distintos lugares del planeta. Estos fenómenos siempre han generado la dicotomía 
                entre creyentes en el fenómeno y escépticos, nos referimos sobre todo, no a la existencia del 
                objeto en sí, sino a la explicación extraterrestre del mismo. Los que consideran que no es posible 
                la existencia de vida extraterrestre, o aún considerándola viable ven imposible su presencia en 
                sofisticados objetos voladores, intentarán negar toda evidencia, recurrir a explicaciones basadas 
                en la propia psique del observador o en todo caso a explicaciones que encuentran una lógica 
                presencia terrestre (fenómenos meteorológicos, tecnología humana, etc.).
                El fenómeno de la ufología ha estado presente, en mayor o menor medida, desde 
                ese mencionado año 1947. No quiere decir que no haya habido avistamientos con anterioridad, nada 
                más lejos de la realidad, sino que la documentación existente es escasa y lógicamente muy alejada 
                de las pruebas que los avances tecnológicos posteriores han permitido reflejar. Hay muchas 
                evidencias de posible presencia de fenómenos extraterrestres a lo largo de la historia, los 
                estudiosos de la
                ufología 
                y defensores de la existencia y presencia extraterrestre en nuestro planeta durante siglos, creen 
                ver y lo interpretan como tales, muchos vestigios tanto en textos, como en ruinas o grabados 
                antiguos, de dicha presencia. Encuentran en textos antiguos y leyendas de muchas civilizaciones 
                pasadas señales que les inducen a pensar en, no sólo la presencia en los cielos de los
                ovnis, 
                sino también en la interacción con nuestros antepasados. Obviamente todo son interpretaciones, los 
                detractores de las civilizaciones extraterrestres tienen otros puntos de vista e interpretan las 
                evidencias de forma diametralmente opuesta. Fuera como fuere, mientras sólo sean evidencias, sólo 
                podemos imaginar lo que deseemos, igual que hacemos cuando contemplamos en el oscuro cielo nocturno 
                esa luz que nos hace dudar de lo que vemos.
                La ufología, o estudio del fenómeno ovni, estudia los avistamientos de ovnis, 
                así como las relaciones de sus tripulantes con los habitantes del planeta, ya sean humanos o 
                animales. La existencia de estudios sobre el tema ovni alcanza una dimensión sorprendente, el 
                investigador trata de averiguar si la observación de quién afirma haber visto un ovni tiene visos 
                de ser cierta o si se trata de farsantes (punto y aparte merece la consideración que tienen en 
                nuestra sociedad aquellos que dicen haber sido víctimas o partícipes de este tipo de fenómenos, 
                personas que tienen que reunir un gran valor para someterse a las críticas ciertas de todo tipo de 
                incrédulos).Este tipo de investigación requiere reunirse con los testigos e interrogarles acerca de 
                las circunstancias del avistamiento, tratando de verificar que no se trata de un fenómeno de 
                naturaleza terrenal (meteorológico o algún tipo de artefacto de origen humano como un globo sonda o 
                satélite). Se trata de obtener todo lujo de detalles, comprobar el lugar donde se produjo el 
                avistamiento, verificar sobre el terreno posibles rastros y la existencia de cualquier 
                circunstancia determinante en el posible desarrollo de los hechos. El investigador debe ponerse en 
                la piel del testigo, preguntarle no sólo por lo que vio, sino por lo que sintió, por lo que 
                percibió con el resto de sentidos o por lo que le llegó a su cerebro. En no pocas ocasiones 
                personas que han visto o creído ver lo que denominamos extraterrestres, han percibido mensajes tipo 
                telepáticos o sentido ruidos o sonidos extraños... o un profundo silencio instantes antes de que el 
                ovni apareciera. Son multitud de factores los que entran en consideración de un investigador serio 
                y preparado en la búsqueda de la verdad sobre la ufología.
                Las interpretaciones de los hechos entran en el terreno de la ciencia ficción, 
                no sabemos con certeza si los
                ovnis 
                existen, si son naves tripuladas por extraterrestres, si las manejan robots o son controladas a 
                distancia. El hecho es que de existir tienen que pertenecer a civilizaciones con un nivel 
                científico y tecnológico muy superiores a los nuestros. Estaríamos en la edad de piedra 
                comparándonos con ellos. Hablamos de civilizaciones en plural, por la gran variedad de
                tipos de extraterrestres 
                y de
                platillos volantes 
                que han sido vistas por los testigos, seres de distintas alturas y constituciones, humanoides o no, 
                lo que denotaría una procedencia distinta.
                Por otra parte la existencia de vida extraterrestre es algo que los científicos 
                prácticamente dan por cierto (en base a la teoría de probabilidades y dada la cantidad casi 
                infinita para nuestro entendimiento, de sistemas solares que pueblan el universo), otra cosa es 
                asegurar la existencia de seres inteligentes, similares o no a nosotros, y con capacidad de viajar 
                a distancias insalvables para nuestra capacidad tecnológica.
                ¿Qué podría motivar la existencia de los ovnis?
                Las teorías son muy variadas, podrían venir en busca de recursos naturales 
                (agua, minerales), a vigilarnos y controlarnos, a conquistarnos o incluso a ejercer una cierta 
                labor paternal ya que para algunos el ser humano sería el resultado de experimentos genéticos de 
                extraterrestres. En todo caso son todas pura hipótesis y, desgraciadamente, sin posibilidad de 
                comprobación por el momento.
                La presencia de estos objetos en el cielo sigue resultando de una grandiosa 
                fascinación para muchas personas... que ven en ellos el reflejo de la ilusión por lo desconocido y 
                el magnetismo de la mágica omnipresencia de poderosas y misteriosas civilizaciones por 
                descubrir.