Platillos volantes : Área 51

Casi todo el mundo ha escuchado hablar alguna vez del Área 51. Aún sin tener consciencia de lo que significaba, su presencia en medios de comunicación, literatura, series de televisión o películas de cine, ha sido una constante desde hace más de cincuenta años. Si esto es válido para prácticamente cualquier persona, para los aficionados o conocedores del tema extraterrestre alcanza una dimensión distinta, es algo casi mítico, la posibilidad de que el ser humano hubiera contactado con extraterrestres de una forma diferente a la tradicional e incluso colaborara con ellos podría hacerse realidad en el Área 51. Desde hace muchos años y hasta la actualidad, investigadores y periodistas de todo el mundo han intentado demostrar su existencia y elucubrar con las actividades que albergaban sus instalaciones.

Las autoridades norteamericanas han negado durante años su existencia, ello ha aumentado, aún más si cabe, el interés por demostrar lo contrario. Hoy ya nadie duda de su existencia física, es una realidad constatada finalmente por el FBI, la CIA y hasta la NASA, pero ha habido un largo recorrido hasta alcanzar este status, un camino que alberga multitud de testimonios interesantes y un misterio que quizás nunca descubramos... el contacto con material tecnológico extraterrestre y con las criaturas que tripulaban las naves.

¿Qué se sabe a ciencia cierta del Área 51?

La denominada Área 51 son unas instalaciones que el gobierno de Estados Unidos posee en el condado de Lincoln, en el estado de Nevada, al lado del Groom Lake. En las cercanías está el pueblo llamado Rachel, antes Sand Springs. Se puede acceder a esta localidad tomando la famosa Autopista Extraterrestre (Extraterrestrial Highway, ruta estatal 375), nombre con el que se la conoce y ya da idea de la dimensión que alcanza el tema ovni en la zona.

La base tiene unas dimensiones en superficie de casi 100 kilómetros cuadrados. Dispone de pistas de aterrizaje, algunas de una longitud extraordinaria por las características de la zona, ubicada en pleno desierto, zona de viviendas, zona de hangares y depósitos de combustible

Se piensa que tiene una asombrosa estructura subterránea de al menos cuatro niveles, esta información la aportan diversos testigos pero no es contrastable.

El perímetro de la base tiene grandes medidas de seguridad, algunas superevolucionadas, encaminadas a mantener una información plena e instantánea de todas las personas que se acercan o merodean por los alrededores del Área 51. Existe una compañía privada de vigilantes de seguridad encargados exclusivamente de la vigilancia y control de las zonas exteriores y de acceso. Son denominados los «Cammo Dudes» o chicos de camuflaje, término que hace alusión al uniforme de camuflaje que utilizan siempre. Vigilan desde unas garitas y unos vehículos todoterreno desde los que su mera presencia advierte a los visitantes de la seriedad del asunto. Por supuesto también existen carteles y advertencias para mantenerse fuera del terreno privado de la base. La seguridad de la base está encomendada a los militares y existen unos famosos helicópteros negros que patrullan por la zona y pueden provocar encuentros desagradables con turistas o investigadores.

Durante años el gobierno estadounidense ha realizado pruebas nucleares en el desierto de Nevada, algunas de ellas a escasos 16 kilómetros de la base. Eran tiempos de la guerra fría y se realizaron multitud de pruebas, algunas de una relevancia tal como la denominada bomba «Hood» cuyos efectos empequeñecerían a los de la bomba atómica de Hiroshima, ya que tenía una capacidad destructora cinco veces superior a ésta.

No fue hasta la década de los 90 cuando, a raíz de una denuncia de personal de la base que enfermó gravemente durante la realización de su trabajo, las autoridades hubieron de admitir en juicio la existencia de la base, aunque incluso se negaron en principio a facilitar el nombre de las instalaciones.

Admitida finalmente la realidad del Área 51, las actividades que admiten haber realizado en sus instalaciones están relacionadas con la tecnología aeronaval, concretamente se habrían realizado estudios de ingeniería inversa de aviones soviéticos Yak 23 y Mig 21, proyectos relacionados con la denominada tecnología silenciosa (stealth) como el Lockheed A12 o el SR71 Black Bird. También trabajos para desarrollar el F117 o el proyecto Aurora, que permitiría alcanzar unas velocidades impensables, cercanas al Mach 6, a los aviones involucrados en el proyecto.

¿Qué actividades no reconocidas podrían haberse desarrollado en el Área 51?

El renombre que alcanza todo lo relacionado con el Área 51 alcanza su fundamento en las declaraciones, en distintos medios, de testigos de la más variada índole que han afirmado la existencia de material de procedencia extraterrestre, concretamente los denominados platillos voladores, en poder de las autoridades militares estadounidenses. No sólo habrían recuperado las naves, sino que en su rescate recuperaron los cuerpos de alienígenas fallecidos en el accidente y, lo más importante, de algunas criaturas vivas. Los terrestres habrían colaborado con seres extraterrestres en el desarrollo de tecnología e intentado, por medio de ingeniería inversa, estudiar sus naves y usar sus avances en el desarrollo de naves similares. La dificultad y magnitud del proyecto son notorias, si existe un escalón tecnológico muy elevado, ninguna ingeniería inferior permitiría saltar dicho escalón. ¿Qué haría un soldado del Imperio Romano con un avión de caza moderno?

Muchos testigos coinciden en la descripción de los extraterrestres, pertenecerían al tipo de los llamados grises, apenas alcanzarían los 130 centímetros, con ojos grandes como insectos, con párpados internos (es de suponer que adaptados a las condiciones imperantes en su planeta), con fisuras en el lugar de la boca y la nariz, sin dientes. Por manifestaciones de los propios seres alcanzarían una vida equivalente a casi 400 años terrestres y su coeficiente intelectual superaría los 200 puntos. Estos seres serían denominados en el argot militar como EBE, entidad biológica extraterrestre, varios de ellos habrían vivido en la base bastantes años e intercambiarían información con los terrestres. Estos rescates se habrían producido de los accidentes de Roswell, Aztec o Kingman.

Uno de los testigos cuyas declaraciones alcanzaron una difusión a nivel mundial fue el físico Bob Lazar, fue contratado para trabajar para el gobierno en el Área 51, concretamente trabajaba en una sección más secreta, la S4, las cuales disponían de unos hangares camuflados irreconocibles a cien metros de distancia. Supuestamente realizó trabajos en sistemas de propulsión y generación de energía mediante ingeniería inversa con platillos volantes. En el dossier informativo que le facilitaron para realizar su trabajo, le informaron que las naves y sus tripulantes procedían del Sistema Estelar Zeta Reticulum, habrían estado realizando experimentos y alteraciones genéticas en la tierra desde más de 75 generaciones en el Homo Sapiens, algunos se retrotraerían a más de 10.000 años. Para ellos los seres humanos seríamos contenedores de almas. Su tecnología estaría superavanzada en relación a la nuestra siendo capaces de manipular el espacio y el tiempo para poder realizar sus viajes espaciales. Su sistema de propulsión estaría basado en amplificadores de gravedad y en un reactor. Las declaraciones de Bob Lazar al abandonar su trabajo en la base, aparecieron en diversos medios y dieron lugar a un aluvión de reacciones en todos los sentidos, para unos era un demente, para otros un genio que decía la verdad.

Los testimonios existentes proceden de personas que realizaron diversas labores en el Área 51, personal científico, pilotos, trabajadores, personal médico. Testigos de gran prestigio manifestaron relatos similares al de Lazar. De hecho dos años antes de la aparición de Lazar, aparecieron en televisión dos agentes gubernamentales que confesaron la existencia de dicha conexión con los extraterrestres y la existencia de un proyecto denominado Majestic-12. Dicho proyecto consistió en la creación de un comité de militares y científicos que examinarían y ocultarían a la información pública los casos de contacto extraterrestre.

Existe una nebulosa de mentiras y secretos en torno al Área 51. Una tela de araña cuyas intenciones son imposibles de comprender. No podemos saber si existen esos trabajos secretos ni su alcance. Para algunos el gobierno estadounidense oculta muchísima información sobre los extraterrestres en beneficio propio. Otros, fieles seguidores de la línea oficialista, nunca han existido tales naves extraterrestres. Una teoría final, el propio gobierno habría estado interesado en divulgar la falsa existencia de naves extraterrestres ante la aparición de posibles naves de países extranjeros en su territorio con una tecnología desconocida.

En cualquier caso el misterio continúa... ya hay quienes hablan de un Área 52.

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